La planta es de origen africano y tiene muchas propiedades medicinales. Conocé los beneficios del kalanchoe y cómo usarlo.
Tiene propiedades depurativas, bactericidas, antiinflamatorias, antitumorales, hemostáticas, astringentes y cicatrizantes que la facultan para:
- Curación de heridas
- Alteraciones gastrointestinales
- Infecciones genitourinarias
- Infecciones respiratorias
- Tratamiento natural del cáncer
Propiedades del kalanchoe: para qué sirve
Estas plantas tienen una acción global, por eso sus propiedades medicinales son infinitas. Se utilizan sólo las hojas que tienen un sabor entre dulce y ácido.
Las propiedades que presentan las plantas de tipo Kalanchoes demostraron ser efectivas en la prevención del cáncer, sobre todo contra el cáncer de útero. Se ha probado una disminución del riesgo.
Otras de las propiedades de estas plantas es que poseen una enzima que regenera tejidos celulares y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico; por lo que tienen una fuerte acción quimio-preventiva contra los tumores.
La Kalanchoe del tipo Daigremontiana es muy usada en la elaboración de remedios farmacológicos y en cosméticos.
Beneficios del Kalanchoe
Estas plantas cuentan con muchas propiedades medicinales entre las que se encuentran:
- Daños celulares, lesiones y enfermedades celulares, en especial el cáncer.
- Tumores y abscesos. Infecciones heridas profundas y gangrenas.
- Previene el cáncer de útero y ovarios.
- Cólicos renales.
- Diarreas, inflamaciones.
Kalanchoe: cómo consumirlo
Tienen un uso tanto interno como externo y se recomienda no consumir más de 2 hojas por día.
Uso interno de kalanchoe medicinal
Para consumirlo, lo mejor es cortar las hojas más viejas que siempre son las de abajo. Puedes agregarlas a jugos o infusiones, o agregarla a las ensaladas.
Otra alternativa es masticar 2 hojas en ayunas, aunque esta es la opción que menos recomendamos porque tiene un sabor particular.
Uso externo
Se puede utilizar en la piel como un remedio dermatológico ya que actúa como cicatrizante, antiinflamatoria y analgésica. Para prepararlo, machaca las hojas y mézclalas con unas gotas de aceite de oliva.
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